La dimensión popular a nivel local del arraigo familiar a grupos de población con antecedentes históricos que tienen sus orígenes en determinados campos agrícolas regionales, después de haber sido deslindados de otra clase de hábitats rancheros, para dar lugar a su posterior dedicación a la explotación de recursos minerales indispensables para la construcción, tales como pueden ser las minas de arena, grava y arcilla indispensable para producir ladrillos de adobe cocidos en hornos atizados con madera, se tienen por un caso que puede ser diferenciado según el corte generacional en aquellos grupos de población que pertenecen a las distintas generaciones: “X”, “Y”, “Z” y “Alfa”. El mismo asunto a nivel local se comprende a la sazón de la dinámica de la cultura de masas que supone el compromiso que tienen distintos grupos familiares con la asimilación de esa clase de deslinde del campo a la ciudad en los términos de la calidad de la vida social que durante el curso de los distintos cortes generacionales definió la pauta del quehacer económico y político local, dando lugar a que en ciertas circunstancias afortunadas las mujeres ocuparan en primera instancia un lugar privilegiado en la sociedad durante el curso de los años que abarca la generación “X”, caso que para los hombres trasciende en la medida que la buena suerte dispuso la existencia de oportunidades para que la fuerza de trabajo disponible entre dichos cuadros de población, fuera contratada para el desarrollo de múltiples clases de industrias con un grado de desarrollo respetable, tal como sucedió con las industrias del transporte, comercio, los servicios básicos, saneamiento urbano, recolección de basura e incluso ocupando algunos puestos de trabajo dentro de diversas ramas de la industria manufacturera local.
Por qué la buena suerte de las oportunidades está acotada no más a un número determinado de éstas y nada más para unos cuantos individuos con contactos seguros que se remontan a los orígenes de la generación de los “baby boomers”, en alguno o alguno de los ramales de las industrias manufactureras, los transportes y el comercio, es una cuestión que tiene por respuesta el necesario reconocimiento de los antecedentes familiares que estén relacionados con el aprovechamiento de esa clase de oportunidades, mismas que pueden estar dadas por el número determinado de valores capitales que son comunes en el contacto con uno o varios conjuntos de operaciones regulares que según la logística operacional y la planificación estratégica de algunas industrias como la del comercio de alimentos frescos, empacados, envasados y enlatados, en tiendas de mini supermercados, se definen como propios de su quehacer cotidiano.